Los datos del Observatorio de la Bicicleta 2022 muestran el avance de las políticas de movilidad en bicicleta en las ciudades.
El Observatorio de la Bicicleta es un análisis panorámico de las políticas públicas que desarrollan las ciudades socias de la RCxB en favor de la movilidad en bicicleta. Se realiza de forma bienal, complementando al Barómetro de la Bicicleta.
En la edición de 2022, han participado 40 administraciones locales y 4 administraciones territoriales. Los datos se han agrupado por conjuntos de ciudades, según la población.
Los datos no recogen la totalidad de los municipios de España, por lo que deben tomarse con cierta prudencia. De hecho, su interés radica principalmente en las tendencias que el Observatorio muestra, y no tanto en los valores absolutos obtenidos.
En el bloque de datos generales es destacable el aumento en el conocimiento de la cuota modal de la bicicleta, un dato que ya conocen el 82% de administraciones que han respondido. También es relevante la tendencia al alza de la cuota modal así como un estancamiento de la accidentalidad con ciclistas implicados (en ámbito urbano) a pesar del aumento del uso de la bici.
Los Planes de Movilidad Urbana son un instrumento de planificación que ya utilizan el 82% de las administraciones locales que han respondido, especialmente las de mayor tamaño, y destacan los Planes Directores y los Manuales Técnicos entre las administraciones territoriales.


Con relación a la infraestructura destacan los carriles bici de doble sentido como solución más habitual, seguida de las ciclocalles pacificadas a 30km/h y todavía los carriles bici en acera. En las intersecciones, la coloración de carriles bicis en los puntos de conflicto con trayectorias de otros vehículos y la semaforización específica para bicicletas, son los recursos más utilizados.
A nivel interurbano, casi la mitad de las ciudades tienen pendiente la conexión ciclable con municipios vecinos, constatando que la dimensión interurbana es todavía uno de los grandes retos pendientes a nivel infraestructural y para la compleción de redes.
Finalmente, es destacable que, probablemente como consecuencia de la pandemia, más de la mitad de ciudades han desarrollado actuaciones de urbanismo táctico.
Respecto al aparcamiento, destacar la tendencia creciente en la disponibilidad de plazas de aparcamiento y aparcamiento seguro en general, pero constatar que sólo una tercera parte de centros educativos disponen de aparcamiento seguro, y el porcentaje es todavía menor con relación a estaciones de transporte público interurbano y otro tipo de equipamientos.
Los sistemas de bicicleta pública, se mantienen en la mitad de las ciudades que han respondido, incrementando el total de unidades, y de forma específica las unidades con asistencia eléctrica.
Las flotas de bicis para el personal municipal y las ayudas para la compra de bicicletas son las dos medidas más utilizadas por algunas ciudades en el ámbito de la promoción, así como los actos en la Semana Europea de la Movilidad Sostenible, que hacen casi el 90% de las ciudades. Otras medidas como la creación de mapas con la red ciclable y las campañas de promoción, son actuaciones en el campo de la comunicación más habituales.
En el ámbito de la educación, destacar que el crecimiento de centros educativos donde se imparte educación vial, y especialmente el número de centros donde se lleva a cabo formación específica sobre circulación en bicicleta, que supera el 40% entre las ciudades que han respondido.
Más del 40% de administraciones locales identifican empresas dedicadas a la ciclologística, pero todavía muy pocas ofrecen medidas de promoción a esta actividad, que algunas vinculan a la implementación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).
En el ámbito económico, es destacable el aumento que se registra en el gasto por habitante en políticas de movilidad en bicicleta, especialmente entre las ciudades de mayor tamaño, llegando a los 3,29€/habitante de media.
En la distribución del gasto, predomina la inversión en infraestrucura, especialmente en ciudades pequeñas donde supone más del 90% del presupuesto para la bicicleta. A medida que aumenta el tamaño de los municipios, aparecen los gastos de inversión en aparcamientos y bicicleta pública, así cómo los respectivos gastos de mantenimiento. En media, el 50% del presupuesto dedicado a este modo de transporte, se destina a inversión y mantenimiento de la red ciclable.
Con relación a la financiación, destacar que los municipios más pequeños tienen más diversificadas las aportaciones, cubriendo un 50% con fondos propios, y en los de mayor tamaño, la aportación propia crece hasta superar el 90%.
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